El bebé ha llegado, pero ya no estás radiante. Como todas las cosas buenas que se acaban, la frondosa cabellera que tenías durante el embarazo no es la excepción. Incluso puede que se caiga de repente y ensucie el suelo de tu cuarto de baño. Que no cunda el pánico, es perfectamente normal.
¿Cuál es la causa? ¡Las mismas hormonas que potenciaron tu brillo y volumen durante los últimos 9 meses! Después del parto, tus niveles disminuyen porque el cuerpo ya no siente la necesidad de producirlas. El resultado: los ciclos capilares se ralentizan y en tres meses se produce la llamada caída «reactiva». No tienes por qué preocuparte, te damos algunos consejos para superarlo y sentirte mejor rápidamente.
Las mujeres que están amamantando deberían padecer menos caída del cabello después del embarazo debido a la producción hormonal que provoca la lactancia. Pero también deben tener más cuidado con los productos que utilizan.
