El cabello es igual que nosotros: necesita beber y comer para mantenerse sano. ¿Cómo nutrir y cuidar mejor el cabello seco y deshidratado? Existen soluciones reparadoras naturales.
Cabellos con aspecto pajizo, cabellos apagados y sin brillo, puntas abiertas o más finas, cabellos cada vez más difíciles de desenredar después de la ducha... Todos son signos de que tu cabello está seco y le falta hidratación.
El cabello seco suele tener un aspecto apagado y frágil, carece de flexibilidad, brillo y suavidad, es poroso y áspero al tacto, y es propenso al encrespamiento.
El cabello seco sufre varias etapas de alteración, que van desde la sequedad hasta el deterioro total del cabello. Como en todos los problemas capilares, la afección suele tener su origen en el cuero cabelludo. El cuero cabelludo no produce suficiente sebo a través de las glándulas sebáceas. Así, el cabello se debilita en la superficie (las cutículas capilares están dañadas) y luego se vuelve gradualmente más frágil en el interior (la queratina, la célula del núcleo del cabello, se ve afectada).
También puede derivar de acciones agresivas (y repetidas) sobre los largos: coloración, secado excesivo, alisado o fricción (gomas de pelo o cascos de moto, por ejemplo).
Sea cual sea el caso, debemos actuar rápidamente para detener el círculo vicioso de la sequedad capilar y la falta de nutrición de la fibra capilar.
Algunos tipos de cabello se ven más afectados por la sequedad por naturaleza. Pero el entorno o ciertos hábitos atacan o debilitan el equilibrio del cabello, especialmente en verano.
Hay dos tipos de factores que provocan la sequedad y deshidratación del cabello, así como la falta de nutrición:
Factores fisiológicos como la genética, la edad, el cabello rizado o encrespado, que influyen en la secreción de sebo y en la calidad de la película hidrolipídica que protege el cabello.
Factores externos como el sol, el viento, la contaminación, así como agresiones ocasionales como el peinado con calor, los tintes agresivos, etc.
Cuando el cabello está sobrecargado, la secreción de sebo protector se ralentiza o tiene dificultades para descender por el tallo piloso (en el caso del cabello rizado). Privado de esta protección natural, el cabello se seca hasta dañar su estructura interna. Es necesario realizar tres acciones clave: hidratación, nutrición y reparación.
Se encuentra en la superficie del cuero cabelludo. Se compone de microorganismos (la flora saprofita), que ayudan a proteger la superficie del cuero cabelludo, así como de sebo. Cuando la película hidrolipídica está dañada y debilitada, es cuando ya no puede desempeñar su papel de barrera contra las agresiones externas y la deshidratación, y el cabello se vuelve seco y deshidratado. Las cutículas capilares ya no están recubiertas de sebo, se levantan, dejando de actuar como pequeñas baldosas protectoras del cabello, y la corteza queda entonces expuesta a las agresiones externas.
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Una buena rutina de cuidado capilar debe tener 3 pasos, después de identificar las necesidades del cuero cabelludo y la longitud del cabello.
Con un poco de paciencia y cuidados adecuados, ¡sí! En primer lugar, hay que identificar cuál es el motivo. El siguiente paso es tratarlo cuidadosamente con algo de ayuda de la madre naturaleza.