Tener un cabello bonito empieza con un cuero cabelludo sano. ¡La naturaleza tiene todo lo necesario para mimarlo!
El cuero cabelludo es la piel de la cabeza. Necesita los mismos cuidados que la piel del rostro o del cuerpo, y tiene sus propias necesidades específicas. Un cuero cabelludo sano es necesario para tener un cabello luminoso y de aspecto saludable. Si tu cuero cabelludo carece de vitalidad y muestra signos de fatiga, puede tener un fuerte impacto en tu cabello.
La piel que cubre la superficie de la cabeza tiene muchas funciones: en primer lugar, es de donde los folículos pilosos extraen su energía (y oxígeno) para crear el cabello. También actúa como barrera protectora contra los agresores (calor o frío, por ejemplo). La película hidrolipídica de la superficie del cuero cabelludo evita la sequedad, combate las bacterias y fortalece el cabello. ¡Una superheroína para el cuero cabelludo!
El cuero cabelludo también regula la temperatura corporal, ayudando a mantener la temperatura ideal de 37 °C (al producir o evaporar el calor, es el sistema de calefacción y refrigeración del cuerpo). Y lo hace para 600 a 700 cm2 de piel, que está viva y es sensible. Por lo tanto, debemos cuidar nuestro cuero cabelludo para que siga cumpliendo su importante función.
1. Epidermis 2. Dermis 3. Hipodermis 4. Tejido adiposo 5. Pelo 6. Poro 7. Glándula sudorípara 8. Folículo piloso 9. Vasos sanguíneos
Al igual que el resto de la piel, el cuero cabelludo necesita cuidados y atención. Incorpora el cuidado del cuero cabelludo a tu rutina de cuidado del cabello.
El primer paso es masajear el cuero cabelludo, ya que favorece la microcirculación, es decir, ayuda a que la sangre fluya hacia las raíces capilares y le aporte nutrientes y oxígeno. Esto es esencial para que el cabello crezca fuerte y sano, lleno de vitalidad. Procura pasar 5 minutos más en la ducha para llevar a cabo este proceso de relajación.
Cepillar el cabello a diario también ayuda a eliminar las impurezas que se acumulan durante el día. Y como paso adicional, puedes utilizar un exfoliante para limpiar suavemente el cuero cabelludo.
En resumen, la hidratación es tan importante en el cuero cabelludo como en la piel del rostro o del cuerpo. Considera la posibilidad de aplicar regularmente tratamientos o mascarillas formulados para las necesidades de tu cuero cabelludo para reequilibrar el sebo o mantenerlo.
El cuero cabelludo puede dañarse y mostrar signos de fatiga. ¿Por qué?
El desequilibrio hormonal es uno de los principales factores que pueden afectar a la función esencial de las glándulas sebáceas del cuero cabelludo. Este fenómeno ralentiza la microcirculación y, por tanto, el suministro de nutrientes y oxígeno que llegan al cabello.
La contaminación y la acumulación de toxinas también pueden debilitar el cuero cabelludo, haciendo que el cabello tenga un aspecto apagado, débil y cansado.
El uso de productos demasiado agresivos, como los champús demasiado detergentes, puede causar irritación.
El peinado con calor repetido, el calor excesivo o el cepillado del cabello demasiado frecuente o agresivo son algunos ejemplos de por qué es probable que se produzcan daños en el cuero cabelludo.
Tienes que lavarlo cada 2 días, tus raíces carecen de volumen y a veces te pica la cabeza o te sale caspa.
El sebo es esencial para proteger el cabello, pero si se produce en exceso, cubre el cuero cabelludo y le da un aspecto graso. En el mejor de los casos se obtiene un pelo liso, y en el peor, un cuero cabelludo que pica y produce caspa. Si determinamos la causa del desequilibrio sebáceo, podemos encontrar soluciones naturales y eficaces, lo que también significa que ya no tendrás que lavarte el pelo tan a menudo.
Experimentas picor, hormigueo y enrojecimiento
Tirantez, raíces doloridas, picores... al igual que la piel del rostro o del cuerpo, el cuero cabelludo a veces es sensible y muestra signos de incomodidad. Además de los picores, la caspa (caspa seca) puede aparecer cuando la flora del cuero cabelludo se modifica a causa del efecto de los numerosos agentes agresivos a los que se enfrenta a diario (la contaminación o el estrés, entre otros).
Tienes la piel escamada, te pica y te sientes avergonzado en público.
Existen dos tipos de caspa en función de lo que afecte al cuero cabelludo: seca (cuando hay irritación) o grasa (cuando hay exceso de sebo). El primer tipo se manifiesta en pequeños copos de nieve blancos que primero se adhieren al cuero cabelludo y luego acaban cubriendo incómodamente los hombros y la ropa. Mientras que las escamas de caspa grasa son más grandes, no se caen en la ropa, pero son visibles en la superficie.
Tu cabello carece de brillo, volumen y se engrasa fácilmente.
La contaminación tiene un fuerte impacto en la salud del cabello y del cuero cabelludo a diario. Lo asfixia, impidiendo que proteja y nutra el cabello provocando su debilitamiento o, lo que es peor, ¡su caída! Por lo tanto, el cuero cabelludo necesitará a veces un proceso de detoxificación para poder recargarse de energía y mantenerse fuerte.
Nuestros expertos y botánicos responden a tus preguntas.
No. Al igual que hay diferentes tipos de cabello o diferentes tipos de piel, también hay diferentes tipos de cuero cabelludo. El tipo de cuero cabelludo depende de la genética, la edad, el lugar de residencia y el estilo de vida. Una vez que sepas qué tipo de cuero cabelludo tienes, es fácil encontrar los cuidados que necesita.
Al contrario de lo que puedas pensar, lavarse el pelo en exceso no es una buena opción y, de hecho, hará que se engrase más rápido. El cabello se vuelve graso porque el cuero cabelludo produce demasiado sebo, no porque esté sucio, y lavar el cabello con demasiada frecuencia provoca un aumento de la producción de sebo. Para romper este círculo vicioso, debes intentar lavarte menos el pelo, una o dos veces por semana como máximo, para regular el exceso de sebo. Entre lavado y lavado, puedes utilizar un champú seco.
Hasta cierto punto, sí. Cualquier cosa que cubra la cabeza durante un largo periodo de tiempo «asfixia» el cuero cabelludo, a su vez puede resecarse y/o reaccionar produciendo más sebo, que también dificulta la respiración del cuero cabelludo. El cuero cabelludo puede resultar incómodo y provocar picores, y el cabello pierde su fuerza. Además, la fricción repetida causada por el sombrero también puede debilitar e irritar el cuero cabelludo. Por ello, si sueles llevar sombrero, recuerda limpiar frecuentemente el cuero cabelludo con un producto natural adaptado a sus necesidades.
No, puede que ya lo sepas por experiencia propia. Aunque el pelo actúa como una primera barrera (un poco como las pestañas para los ojos), no es en absoluto un escudo contra los rayos UV responsables de las quemaduras solares. Es difícil aplicar protector solar en el cuero cabelludo, así que se recomienda utilizar un sombrero durante la exposición prolongada al sol.
