Los antioxidantes se encuentran entre los principales activos de los que habla todo el mundo de la belleza. Presentes en muchos alimentos cotidianos, son los mejores aliados de la salud de la piel. Echemos un vistazo a los mejores antioxidantes naturales.
En antioxidante, está la palabra oxidación. Empecemos por explorar este fenómeno natural que puede convertirse en estrés oxidativo, llegando a ser perjudicial para la piel.
¿Cómo actúa la oxidación de la piel, también conocida como estrés oxidativo? Contaminación, luz solar, tabaco, mala alimentación: el estado de nuestra piel está sujeto al entorno en el que vivimos. Esto también afecta a la capacidad de la piel para protegerse de estos múltiples factores perjudiciales. En cantidades elevadas, estos factores provocan estrés oxidativo: la piel empieza a producir en exceso unas moléculas llamadas radicales libres. Desestabilizan otras células de la piel y, por tanto, debilitan la dermis y la epidermis. Así es como se produce la falta de luminosidad, el envejecimiento de la piel e incluso ciertas afecciones. Afortunadamente, es posible protegerse de la oxidación tomando las medidas adecuadas.
Los antioxidantes son como los superhéroes de la naturaleza encargados de proteger nuestra piel.
Más exactamente, se trata de moléculas que impiden o ralentizan la oxidación de la piel. Cuando la epidermis está sometida a demasiados factores externos perjudiciales, produce cada vez más radicales libres. Estos radicales libres, en cantidades demasiado grandes, atacan a las células y afectan al buen funcionamiento de la piel. Es entonces cuando entran en juego los antioxidantes. Actúan como escudos, neutralizando los radicales libres y permitiendo que la piel se defienda mejor. En resumen, los antioxidantes naturales ayudan a mantener el cuerpo (y la piel) sanos durante toda la vida.
Obtener la dosis necesaria de antioxidantes para la piel es muy fácil cuando se sabe que la naturaleza está repleta de ellos.
Cuidar la piel empieza en el plato. Come frutas y verduras frescas ricas en vitamina C, pero también en vitaminas A y E, como zanahorias, boniatos, pimientos, etc. Añade oligoelementos para potenciar las enzimas antioxidantes del organismo con zinc (presente en ostras, almendras, lentejas rojas), cobre (sésamo, avellanas) o selenio (nueces de Brasil, pan integral, huevos cocidos). Unas frutas del bosque y una taza de té como tentempié para una buena dosis de polifenoles, las moléculas que protegen la piel de los factores externos dañinos.
Y para terminar el día con estilo, disfruta de una onza (o dos) de chocolate negro, una auténtica bomba de antioxidantes naturales, ¡y listo!
No solo los alimentos pueden aportar antioxidantes a la piel, sino también los cosméticos.
Cuando la piel está expuesta a la contaminación, el escualeno, principal componente del sebo, sufre daños en sus moléculas. Esto provoca simultáneamente una deficiencia de vitaminas C y E, dos antioxidantes presentes de forma natural en la epidermis. Afortunadamente, la menta acuática ayuda a reducir estos daños.
Esto se debe a su concentración de ácido rosmarínico, un compuesto bioactivo de origen vegetal, de la familia de los polifenoles (conocidos por su poder antioxidante). También ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en la superficie de la piel (sudor, tabaco, partículas contaminantes, etc.). Si se utiliza como cuidado facial, la piel queda hidratada y protegida.
Limpiar, purificar, exfoliar: nada es imposible para este polvo que se convierte en una ligera espuma cuando se humedece. Una fórmula natural y eficaz de uso diario.
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Lo que dicen los consumidores
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