Pica, rasca, se cuela por las grietas... ¡pocas plantas están tan arraigadas en nuestra conciencia colectiva como la ortiga! Aunque sus mecanismos naturales de defensa nos hacen mantener las distancias, sus múltiples beneficios, desde la cocina hasta la cosmética, donde ayuda a regular el exceso de sebo, han protegido su reputación. Es la ocasión perfecta para acercarse a las plantas de la mano de la experta botánica Éva Dumaine, que nos habla de ellas con su propio estilo. Y activos naturales excepcionales.
Oh, la ortiga... ¡Aprendí rápidamente a comerla con mantequilla! Como a todo el mundo, las ortigas me picaron unas cuantas veces antes de que descubriera cómo acercarme a ellas con cuidado: por el tallo, moviéndome delicadamente hacia arriba por la parte posterior de sus pelos urticantes. A partir de ahí, todo fue sencillo: desde sopas, pasteles y ensaladas hasta infusiones y decocciones, ¡predico las virtudes de la ortiga a todo el que quiera escucharme!
Ortiga, o Urtica dioicase encuentra en suelos húmedos y arcillosos de las zonas templadas de Europa y Norteamérica. Originaria de Eurasia, puede alcanzar los 2 m de altura y forma colonias con sus rizomas. Es un bioindicador de la salud del suelo y le gustan especialmente las cunetas y los bordes de las carreteras, ¡el mejor punto de observación para picar a nuestras pantorrillas inconscientes!
Las ortigas y toda la planta de la ortiga se han utilizado desde la antigüedad y son un pilar de la fitoterapia. Sus hojas se consumen desde Nepal hasta Polonia: crudas o cocidas, pueden prepararse como las espinacas y están llenas de proteínas y vitamina C. Medicinalmente, se busca sobre todo para tratar enfermedades gastrointestinales, dolores reumáticos e hipertensión. Sus propiedades astringentes, limpiadoras y depurativas la convierten en una formidable aliada de la piel en la lucha contra determinadas afecciones, como el acné y el eccema.
En Klorane, todo nuestro cuidado y atención se dirigen a la raíz del cabello: está en el corazón de nuestra gama purificante y reequilibrante para cabellos grasos. Cultivadas ecológicamente en Europa del Este, las ortigas se seleccionan por sus raíces, que contienen un extracto de eficacia probada como tónico del cuero cabelludo. Este activo con propiedades seborreductoras es capaz de limitar la producción de sebo en una zona localizada y evitar que el cabello se engrase tan rápidamente. Penetra en profundidad y limpia el cuero cabelludo sin causar irritación. ¡Quién iba a pensar que las ortigas podían ser suaves!
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